¿Para qué obras si no salvan? - Andrés Corson - 14 Enero 2015
¿Para qué obras si no salvan? - Andrés Corson - 14 Enero 2015
“Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios, no por obras, para que nadie se jacte”, Efesios 2:8-9.
Entonces si somos salvos por gracia y no por obras, ¿para qué sirven las obras?
1. Somos salvos por gracia para buenas obras: no somos condenados por nuestras faltas pero esto no nos da licencia para pecar.
2. Hacer el bien y ser santos es la voluntad de Dios. Si amamos a Dios nuestro deseo será complacerlo. 1 Tesalonicenses 4:3 dice: “La voluntad de Dios es que sean santificados; (…)”.
3. Las obras no salvan pero sí hablan de quién nos salvó. Santiago 2:18 dice: “Sin embargo, alguien dirá: «Tú tienes fe, y yo tengo obras.» Pues bien, muéstrame tu fe sin las obras, y yo te mostraré la fe por mis obras”. Con nuestras decisiones, actitudes y estilo de vida podemos reflejar a Jesús.
Nuestras obras también son un reflejo de agradecimiento, aunque jamás vamos a saldar la deuda del precio que Jesús pago por nosotros, sí podemos ofrendarle nuestra vida como demostración de gratitud (Romanos 12:1).
4. Por el principio de la siembra y cosecha nuestras obras determinan la clase de vida que tendremos aquí en la tierra. Gálatas 6:7 asegura que nadie puede burlarse de la justicia de Dios pues siempre se cosecha lo que se siembra.
5. Por nuestras obras recibiremos un premio en el cielo:
nuestra fe determina en dónde pasaremos la eternidad pero nuestro comportamiento determina cómo viviremos en ella.
Respecto a nuestra salvación seremos juzgados por nuestra fe y en cuanto a nuestras obras seremos juzgados por las intenciones de nuestro corazón, 1 de Pedro 1:17 dice: “Ya que invocan como Padre al que juzga con imparcialidad las obras de cada uno, vivan con temor reverente mientras sean peregrinos en este mundo”.
¿Cómo almacenar nuestras obras en el cielo?
- Viviendo en santidad.
- Haciendo la voluntad de Dios.
- Reflejando nuestra gratitud a Dios a través de nuestra santidad.
- Estudiando constantemente la Palabra de Dios.
- Teniendo claro el principio de dar y no juzgar (Lucas 6:38).
- Orando, pues si no oramos, no recibiremos (Mateo 7:7).
- Refrenando nuestra lengua (1 de Pedro 3:10-11).
Predicación del 14 Enero de 2015 en el Auditorio de la Iglesia El Lugar de Su Presencia - Bogotá - Colombia por el Pastor Andrés Corson. #SuPresenciaenInternet