Familias sobrias - Natalia Nieto - 23 Abril 2014

Familias sobrias - Natalia Nieto - 23 Abril 2014

¿Crees que es pecado consumir alcohol?
¿Cuántos tragos son permitidos para un cristiano?

Con estas preguntas Natalia Nieto empieza su prédica y agrega: “El consumo de alcohol es una decisión que cada uno debe tomar en su libre albedrío. No hay un versículo en la Biblia que prohíba el consumo de alcohol. Es una decisión personal”.

Decir no al trago hace que las demás decisiones en tu vida estén tomadas, decisiones como, si llegaras virgen al matrimonio, si preferirás agradar a Dios o a las personas, si podrás soportar la presión de los demás.

“Como líderes no tomamos alcohol por amor a otros, por amor a aquellos para quienes un solo trago puede ser la causa de su caída”

Romanos 14: 21 dice: “Es mejor no comer carne ni beber vino ni hacer ninguna otra cosa que pudiera causar tropiezo a otro creyente”.

Muchos jóvenes creen que no tienen ningún problema porque no son alcohólicos. Sin embargo, están hundidos porque en su familia hay patrones de consumo de alcohol y dependen del trago aunque no lo consuman todos los días.

Una familia que no es sobria genera patrones enfermizos, estas son algunas características de estas familias:

  • No se manejan los roles
  • Prima el sentimiento de inseguridad
  • Los límites no son claros
  • Abuso sexual, verbal y físico
  • Manipulación
  • Problemas financieros
  • Desorden sexual
  • Evasión de problemas
  • Complejos de inferioridad en los hijos

 

Conoce a Daniel un joven con un testimonio sorprendente:

En su familia consumían alcohol en reuniones pero sus abuelos y varios de sus tíos eran alcohólicos.

Probó el trago a los 11 años, se emborrachó por primera vez a los 12. A los 18 años cuando entró a la universidad empezó a beber con más frecuencia hasta que bebió todos los días hasta los 21 años.

Empezó a jugar en casinos para beber. Robo a sus padres y apostaba millones.

Eso lo llevo a consumir cocaína para pasar el guayabo.

Perdió la universidad, la relación con sus papás, dinero, tiempo, confianza en sí mismo y en los demás.

Lo más duro fue reconocer que tenía un problema. Y decir: “soy alcohólico”.

Entonces llegó a la iglesia y desde el primer día en que puso un pie en ella dijo: “no me tomo un trago más”. Sin embargo, lo que venía para él sería una serie de decisiones para apoyar esta declaración.

Dios lo rodeó de personas que lo ayudaron a permanecer sobrio. Sin embargo, él tuvo que poner límites, decirle no a muchas personas, tomar decisiones diarias como no consumir alimentos que sean preparados con alcohol o vinagre, en palabras de Daniel: “eso dispara mi cerebro”.

Consejos si estás luchando con el alcohol:

  1. Reconocer que tienes un problema si sientes que necesitas el alcohol para ser creativo, gracioso, estar alegre, disfrutar la comida, estar con amigos, dormir bien, encajar en un grupo, evadir un tema, quitar la culpa.
  2. No des papaya, no te sientes con personas que toman licor, huye de la tentación.
  3. Define la visión frente a este tema en el matrimonio.
  4. Habla claramente acerca del tema.
  5. Finalmente, recuerda: Efesios 5:18: “No se emborrachen con vino, porque eso les arruinará la vida. En cambio, sean llenos del Espíritu Santo”.

Predicación del 23 Abril de 2014 en el Auditorio de la Iglesia El Lugar de Su Presencia - Bogotá - Colombia por Natalia Nieto. #SuPresenciaenInternet