¿A dónde mira tu ventana? - Henry Pabón - 7 Mayo 2014

¿A dónde mira tu ventana? - Henry Pabón - 7 Mayo 2014

¿Qué es el amor al mundo? Para entenderlo tenemos como ejemplo la historia de Daniel.

Daniel 6:1-13: Daniel se desempeñaba tan bien que el rey estaba considerando nombrarlo jefe de los demás sátrapas. Ellos esperaban que cometiera errores para acusarlo pero Daniel era un hombre digno de confianza. Sin embargo, estos jefes le pidieron al rey Dario que firmara una ley para que nadie pudiera adorar a dioses diferentes a los de Babilonia.

Cuando Daniel supo acerca de esta ley se fue a orar. Era costumbre de Daniel hacerlo tres veces al día y lo hacía mirando hacia Jerusalén, en una de estas ocasiones los jefes lo vieron y lo acusaron.

Para comprender lo que Daniel hacía, es necesario entender cómo llegó a Babilonia y cuáles eran las costumbres de este pueblo.

Daniel fue llevado cautivo a Babilonia, pero estando allí tuvo que asumir la cultura del lugar, este era un pueblo donde se adoraba a dioses paganos. Pero Daniel fue marcado desde su niñez por la enseñanza de sus padres, tanto que incluso rechazó la comida pues era ofrecida a estos dioses.

Este pasaje muestra que amar el mundo es mucho más que tomar alcohol y andar en rumbas. Entonces, ¿qué es amar al mundo?

La protagonista de esta historia es la respuesta: la ventana por la cual Daniel miraba hacia Jerusalén.

La ventana es aquello que nos comunica con el mundo exterior, pero el problema radica en qué miramos a través de la ventana y cuánto tiempo pasamos contemplando lo que vemos a través de ella.

La ventana de Daniel miraba hacia Jerusalén, ¿hacia dónde mira tu ventana?

1 Juan 2:15-16 dice: “No amen al mundo ni nada de lo que hay en él. Si alguien ama al mundo, no tiene el amor del Padre. Porque nada de lo que hay en el mundo —los malos deseos del cuerpo, la codicia de los ojos y la arrogancia de la vida— proviene del Padre sino del mundo”.

Amar algo o a alguien es darle tiempo, prioridad, dinero, dedicación, apasionarse por eso, hablar de eso todo el tiempo. Amar el mundo es hacer que el centro de nuestro deseo y de nuestra paz sea lo que hay en el mundo.

Cuando amamos el mundo, el amor del padre no está en nosotros. El deseo de ser como el mundo y de tener la escala de valores del mundo nos presiona hasta tal punto que exprime el amor del Padre en nosotros.

Juan define el mundo con tres cosas: deseos de la carne, deseos de los ojos, vanagloria de la vida. Y dice que nada de eso viene del Padre.

Daniel escogió vivir a la manera de Dios y no satisfacer su necesidad con lo que veían sus ojos.

¿Hacia dónde mira tu ventana? ¿Hacia Jerusalén o hacia Babilonia?

Como iglesia tenemos como política no prohibir porque creemos que cuando experimentamos a Dios su amor llena nuestro corazón de una manera tan profunda que el mundo no lo puede hacer.

¿Delante de qué ventana te vas a parar para cumplir tus sueños?

Así como Daniel se propuso no contaminarse con la comida del rey, si estás en Babilonia, o estás entrando en ella, solo basta una decisión para salir de allí.

El mundo y sus deseos pasan pero el que hace la voluntad de Dios permanece.

Predicación del 8 mayo de 2014 en el Auditorio de la Iglesia El Lugar de Su Presencia - Bogotá - Colombia por Henry Pabón. #SuPresenciaenInternet