Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día. 17 Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; 18 no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas. 2 Corintios 4:16-18 (Reina-Valera 1960)
El apóstol Pablo en este pasaje está hablándonos de la tribulación.
La tribulación es un tiempo difícil en nuestra vida, es un tiempo de prueba, un tiempo que también la Biblia lo menciona muchas veces como desierto, valles muy profundos en las que cada uno de nosotros tenemos que atravesar. No las podemos quitar, vienen incluidas en nuestro paquete de la salvación, el problema es que vienen en la letra pequeñita y nunca leemos la letra pequeñita.
Lo complicado realmente no es la prueba o la tribulación, lo complicado es que nosotros definamos cómo vamos a pasar ese tiempo.
Pablo en estos tres versículos quiere mostrarnos cómo podemos atravesar ese tiempo de dificultad y de tribulación, y nos da pautas muy importantes para todos aquellos que estamos pasando o quizás vayamos a pasar por estos tiempos.
Predicación del 5 Mayo de 2013 en el Auditorio de la Iglesia El Lugar de Su Presencia - Bogotá - Colombia por Igna de Suárez. #SuPresenciaenInternet