Hay respuesta para la soledad - Henry Pabón - 30 Noviembre 2014

Hay respuesta para la soledad - Henry Pabón - 30 Noviembre 2014

Jesús entendía y valoraba el acto de estar a solas con su Padre con el fin de recibir su ayuda y enfrentar la vida, sin embargo, él no se alejó de la realidad que vivía y mucho menos de las personas que lo rodeaban. Lucas 5:16 dice: “Así que Jesús muchas veces se alejaba al desierto para orar”.

Una cosa es tomar tiempo para estar a solas y otra es tener comunión con el espíritu de soledad.

3 cosas que le abren la puerta a la soledad:

  1. Los pensamientos recurrentes de frustración: “No soy relevante para nadie”.
  2. Las experiencias difíciles que hemos vivido: divorcios, peleas o la muerte de un ser querido.
  3. Los sentimientos y pensamientos de tristeza, muerte, depresión y suicido.

¿Qué es la soledad?

Es una voz que nos habla constantemente al oído y nos recuerda qué nos falta y qué no hemos logrado conquistar llevándonos a un desierto.

¿Qué es el desierto?

Es una situación que nos hace pensar que el cielo se ha cerrado y nuestra fe es puesta a prueba. Científicamente, el desierto es un lugar de altas presiones que se encuentra ubicado en zonas carentes de lluvias y precipitaciones.

Causas que generan el desierto de la soledad

  • Presiones autoimpuestas a través de nuestros diálogos internos.
  • Presiones por las frustraciones.
  • La presión del autoengaño.
  • La presión de una enfermedad.
  • Presiones por la comparación.
  • Presiones del mundo en cuanto al dinero, la popularidad, soñar y no alcanzar.
  • Presiones de la vida: desear ser el papá perfecto, el empleado ideal y un esposo comprensivo.
  • Cuando sentimos presión espiritual por demostrar que somos perfectos.

Jesús entiende nuestras presiones, él comenzó y terminó su ministerio en un desierto, fue tentado y presionado.

Antídoto para la soledad:

  1. Conocer la Palabra de Dios, que representa las fuentes de agua en el desierto que sacian nuestra sed.
  2. Vencer la oposición a la Palabra de Dios.
  3. Reconocer que no estamos solos, el Espíritu de Dios está en nosotros.
  4. Creer que pertenecemos al ejército de Dios: la Iglesia.

 

Predicación del 30 Noviembre de 2014 en el Auditorio de la Iglesia El Lugar de Su Presencia – Bogotá – Colombia por Henry Pabón #SuPresenciaenInternet