El sueño de Dios siempre ha sido tener un pueblo que le conozca y que le ame. Dios busca una familia porque nuestro creador es un Padre de Familia. Fuimos creados para adorarle y nuestro propósito es conocerle, tener comunión con él.
La adoración tiene la intención de transformar nuestra vida por medio la presencia de Dios. Él nos da la posibilidad de incluirnos en su sueño con Israel, su pueblo amado y nos llama a ser sacerdotes, separándonos del mundo para conocerlo verdaderamente. Éxodo 19:5-6 dice: “Ahora bien, si me obedecen y cumplen mi pacto, ustedes serán mi tesoro especial entre todas las naciones de la tierra; porque toda la tierra me pertenece. 6 Ustedes serán mi reino de sacerdotes, mi nación santa”.
Hay una segunda cosa que hizo Dios para cumplir su sueño: Dios quiso que le construyeran un tabernáculo en medio del desierto pues su deseo era vivir en medio de su pueblo (Éxodo 25: 8). Esa es su intención, él no quiere ser un Dios lejano de nuestras vidas, él quiere vivir en nosotros.
Muchas veces se vuelve agonizante esa búsqueda de parte de nosotros de sentir y palpar a Dios, pero es liberador saber que Dios se interesó primeramente en buscarnos, acercarse y vivir en medio de su pueblo.
El propósito de Dios al crear el tabernáculo en el desierto lo encontramos en Éxodo 29: 44- 46:
1. Dios quería que le conocieran por medio de la comunicación diaria y recíproca
2. El deseo de Dios era que ellos aprendieran cómo acercarse a él
“Ser libre es aprender a vivir para otro, cuando ese otro se llama Dios”
3. Dios quería que la comunión fuera en el lugar santísimo y que eso les enseñara a respetarlo
En esencia lo que Dios buscaba era estar cerca de su pueblo. Él especificó un orden para estar en su presencia: El Padre nuestro es una guía para ayudarnos a conectarnos con Dios. No se trata de adorar la forma sino conectarnos.
Lo que pasa en el tabernáculo es una visión de lo que se vive en el cielo.
La tienda en el antiguo testamento hablaba acerca del deseo de Dios de tener una casa en medio de su pueblo, ese sueño se cumplió mucho tiempo después cuando Dios se hizo hombre y vivió entre nosotros; Cristo Jesús.
En Hebreos 10:4 Jesús le habla al Padre: No es posible que la sangre de los toros y las cabras quite los pecados. No quisiste sacrificios de animales ni ofrendas por el pecado. Pero me has dado un cuerpo para ofrecer. No te agradaron las ofrendas quemadas ni otras ofrendas por el pecado. Luego dije: “Aquí estoy, oh Dios; he venido a hacer tu voluntad como está escrito acerca de mí en las Escrituras".
Por medio de la sangre de Cristo se estableció una invitación para todo el mundo a tener una comunión con Dios, es con precio de sangre que se nos hace esta invitación.
Colosenses 1:19- 22: “Pero ahora él los reconcilió consigo mediante la muerte de Cristo en su cuerpo físico. Como resultado, los ha trasladado a su propia presencia, y ahora ustedes son santos, libres de culpa y pueden presentarse delante de él sin ninguna falta”.
Hebreos 10: 19- 22: Así que, amados hermanos, podemos entrar con valentía en el Lugar Santísimo del cielo por causa de la sangre de Jesús. Por su muerte, Jesús abrió un nuevo camino —un camino que da vida— a través de la cortina al Lugar Santísimo.
Jesús nos abrió un camino donde, si hay confianza en él, nos lleva al lugar donde podemos conocer a Dios; “Ya que tenemos un gran Sumo Sacerdote que gobierna la casa de Dios, entremos directamente a la presencia de Dios con corazón sincero y con plena confianza en él”.
Lo que necesitamos para ser sacerdotes:
1. Dios nos ha dado el acceso pero necesitamos consagrarnos en la Iglesia
2. Desarrollar la habilidad para conocer a Dios: interpretar la vida desde el punto de vista de Dios, ponerlo en primer lugar y aprender a vivir con él
3. Ser una tienda andante que refleja la presencia de Dios a donde quiera que vayamos
Permanezca firme en esa verdad y le traerá libertad.
Predicación del 11 Octubre de 2014 en el Auditorio de la Iglesia El Lugar de Su Presencia - Bogotá - Colombia por Danilo Montero. #SuPresenciaenInternet