Predicaciones

Hechos 1:7 habla del momento en el cual los discípulos le preguntaron a Jesús acerca del futuro de Israel y él les contestó: “No les toca a ustedes conocer la hora ni el momento determinados por la autoridad misma del Padre”. En otras palabras, les dijo que no deberían pensar tanto en el futuro sino más bien en la predicación del evangelio. Sin embargo, muchos no están tomando en serio su vida cristiana, necesitan recordar lo que dice la Biblia en Apocalipsis 1:3 acerca del fin del mundo: “Dichoso el que lee y dichosos los que escuchan las palabras de este mensaje profético y hacen caso de lo que aquí está escrito…”.

Cuando los discípulos le pidieron a Jesús que les enseñara a orar él les dio lo que se conoce como “El Padre Nuestro” o la oración modelo, pero no para que fuera un rezo repetitivo o como él mismo dijo en Mateo 6:7: “vanas repeticiones”. Lo que Jesús les dio fue nueve pasos que nosotros debemos usar como un sendero para tener nuestro tiempo de oración.

¿Un gobierno o una ley puede afectar la vida de las personas? Todos tenemos libre albedrío para escoger lo que queremos, pero muy pocos están dispuestos a asumir las consecuencias de sus decisiones. Muchos buscan cambiar las leyes para poder hacer todo lo que les parezca, razón por la cual, cada vez nos estamos acercando más a aceptar las condiciones de una parte de la sociedad que ve a la iglesia como un obstáculo para vivir sin restricciones. Se quiere hacer creer que la iglesia está atrasada y que le falta modernizarse para el progreso, pero lo que se desconoce es que nuestra sociedad fundamentó sus leyes en la palabra de Dios, entonces: ¿dónde están esas personas que van a defender a la iglesia ante la sociedad?

Las lenguas es uno de los regalos que Dios nos ha dado a través del Espíritu Santo (1 Corintios 12). Jesús prometió las lenguas como una de las señales milagrosas que acompañarían a los que creemos en él (Marcos 16:17). Además en el libro de los Hechos este don fue la señal que evidenció el bautismo en el Espíritu Santo.

¿Por qué casi siempre llueve cuando la gente se casa al aire libre? En todo matrimonio hay días de lluvia y días de sol, días de invierno y días de primavera y tanto el sol como la lluvia son necesarios. Si queremos tener un hogar feliz tenemos que aprender a vivir en medio del sol y en medio de la lluvia.

Solo nosotros decidimos sí la lluvia va a acabar nuestro matrimonio o sí lo va a hacer florecer. ¿Cómo fue este año? ¿Fue un año bueno o malo? ¿Fue un año de lluvia o de sol? Los días de lluvia pueden ser días en los cuales nos deprimimos, pero podemos elegir, y convertirlos en días de bendición. Somos nosotros los que determinamos el resultado final.