Desde el principio, en el jardín del Edén la mujer miró el fruto, lo deseó y se lo comió. Corriendo le dió a su esposo, pero cuando escucharon a Dios fueron a esconderse, Génesis 3:6 (NTV). Aquí comenzó todo el problema.
Nuestras relaciones con otros pueden estar rotas o desconectadas. Cuando algo se rompe lo arreglamos de diferentes formas con pegante, cinta y silicona, etc. Así mismo, la relación con Dios y los demás se puede pegar por medio del arrepentimiento, algo que le faltó al rey Saúl.
Siempre va a ser más fácil echarle la culpa a otros y no asumir la responsabilidad, pero el arrepentimiento es un “cambio de mente y conducta”, donde se evalúa las cosas hechas en el pasado. Entonces, ¿quiénes pueden ser los culpables?, ¿qué podemos aprender de David, un hombre conforme al corazón de Dios?, ¿el problema son las excusas? y ¿cómo restauramos una relación rota?
Necesitamos:
- Restaurar nuestras relaciones rotas
- Reconocer nuestra falta, es decir, arrepentirnos.
- Restituir
Predicación del 15 noviembre de 2015 en el Auditorio de la Iglesia El Lugar de Su Presencia – Bogotá – Colombia por la Pastora Rocío Corson. #SuPresenciaenInternet