El PT o Producto Terminado, siempre va a querer demostrar que es perfecto e infalible, que no necesita cambiar nada ni trabajar en ningún área de su vida.
El PP o Producto en Proceso, se presenta delante de Dios porque sabe que lo necesita, reconoce su debilidad y su necesidad de un Salvador.
2 Corintios 4:7 dice: “Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros”. Esto significa que tenemos el tesoro pero, ¡nosotros no somos el tesoro!
Dios decidió guardar su tesoro en vasijas de barro en lugar de guardarlo en el palacio de un rey. En lugar de darle una corona preparó una cruz y lo mando a un mundo caído, ordinario y simple.
Somos importantes para Dios porque dentro de nosotros hay un tesoro, la gloria de Dios.
La diferencia entre un PP y un PT es que el PP reconoce que le falta para llegar a ser como Cristo. En Filipenses 3 12-14 Pablo dice que no lo ha conseguido todo ni es perfecto, pero decide olvidar lo que quedó atrás para lograr lo que está delante y avanzar hacia la meta.
No necesitamos ser perfectos. En la parábola del alfarero, en Jeremías 18, Dios se presenta a sí mismo como el alfarero, nosotros somos sus vasijas de barro. Y como buen alfarero él se sienta en su torno para hacer, moldear, corregir, aplastar y si es necesario volver a empezar.
¿Qué pasa si Dios dice hoy: “volvamos a empezar”?
Hay solo una cosa en la que Dios nos pide que seamos perfectos: perdonar. Pero no podremos hacerlo si no nos perdonamos a nosotros mismos. Hasta que no seamos perfectos en amarnos a nosotros mismos no podremos amar a los demás. Pero debemos recordar que “… el que comenzó tan buena obra en ustedes la irá perfeccionando hasta el día de Cristo Jesús”. Filipenses 1:6.
Predicación del 16 Marzo de 2014 en el Auditorio de la Iglesia El Lugar de Su Presencia - Bogotá - Colombia por Henry Pabon #SuPresenciaenInternet